martes, 21 de agosto de 2007

Primer día de trabajo

Hoy ha sido mi primer día de trabajo en una nueva empresa, suceso excitante donde los haya y lleno de misterio por lo desconocido (venga, vale, intento ser literaria, un primer día de trabajo no deja de ser eso: un primer día :P)
Todo comenzó a las 7 y poco de la mañana, que tú te dices: ¿alguien puede explicarme por qué trabajo en la misma ciudad donde duermo y necesito dos horas para llegar al curro? Puuuuuues sí: yo lo explico: Tú llegas el primer día, y claro, te preocupas por cualquier bobada para dar buena imagen, que si fuera peona de albañil mira lo que iba yo a colocarme el pelo… pero como, efectivamente, no lo soy me toca ir mona de la muerte, que hay que causar buena impresión a jefes y compañeros (al menos dejar que se confíen, jejeje).
Pues vas y te levantas dos horas antes de entrar, y tienes tu ropita preparada, tus zapatitos y tu melena al viento… y opps! ¿Se puede saber que clase de tiempo es este para agosto? ¿Qué me pongo: manga larga, corta, zapatos, chanclas…crampones…?
Como eres provinciana, y hay que hacer alarde de ello, vas a todo correr hacia el metro, que ves que la gente te mira raro ¿será por qué voy corriendo como si huyera de Paquirrín? O peor ¿será como si ¡yo! persiguiera a Paquirrín?
Pillas el metro y ya empiezas a notar que hay miraditas: ¡uy, habré ligado, jijiji! ¡coñe, con mujeres también, jorjorjor! Mierda! No me he abrochado el pantalón…tierra trágame: Noooo: estoy en el metro: ¡la tierra ya me ha tragado! Disimulas como puedes…si es que se puede disimular ya a esas alturas.
Paso dos, cambio de transporte, te toca pillar el bus. Te han dicho: “es fácil, tienes dos líneas para coger, la 114 y la 115, cualquiera te deja al lado”, vas por el intercambiador como un mantra: “114, 115, 114, 115”
Ves de pronto una cola que ni del racionamiento del pan, y te dices: no, hombre, esa no puede ser, es la única cola que hay en todo el recinto, pues efectivamente! Es TU cola. Te colocas pidiendo la vez como buena ama de casa, y te planteas a los 10 minutos: ¿y si me cambio a la cola del otro bus? Que lo mismo viene antes… pero, claro, tú no te atreves a moverte después de ver que detrás de ti hay 23 personas más..¡cualquiera pierde la vez! Pero de pronto lo ves: nooooo, el otro bus se está yendo!!! Aish.. eso te pasa por elegir mal, 15 minutos más y por fin partes.
El bus lleno a rebosar, claro está, y dando gracias por haber podido entrar en la hornada. Llegas asada de calor, sudando y tarde. Bonito comienzo.

Sorpresa al llegar: ¡no hay sitio para ti preparado! Así que te andan mandando de un lado a otro como una apestada (vale, que he sudado en el bus, pero no para esto! Exagerados!), el ordenador que deben darte a primera hora de la mañana acaba llegando a última de la tarde… tan última que casi te toca dar extras para cogerlo.

Sorpresa dos: ¿tanto que me he preocupado de cómo vestir y no desentonar para que que, ahora, todo el mundo (menos yo, claro) ¡¡vaya en vaqueros y camiseta!!, grrrrr..

Intentas pasar el día como puedes, hasta que de pronto: sorpresa tres: ¡¡ya tienes puesto en la oficina!! ¡¡¡te han puesto de espalda al pasillo!! ¡¡todo el mundo ve lo que haces!! Noooooooooo… intentas convencerte a ti misma: bueno, me han dicho que no hay ni correo, ni msn, ni nada de nada, así que... ¡¡fin de mi vida internetera! ¿cómo pretenden que tenga vida social entonces?, snif, snif... eso no evita que odies el no saber que pasa a tu espalda, por que encima hay moqueta y te pegas unos sustos de órdago cuando tienes a tu jefe diciéndote de pronto al oído: ¿qué haces?, ¡¡¡buscar mi corazón, que ha salido escopetado del susto!!!

Hora de comer: de nuevo la pringada de turno, la única que no ha traído un tapper como todo hijo de vecino.. vuelves a echarle la culpa a tu provincianismo (por que no se te ocurre a quien echarle la culpa, y lo de que tu marido buenorro y triunfador se ha olvidado de meterte la merendera en el bolso no se lo cree nadie…¡vivan las excusas creativas!)

Se acerca el final de la tarde, yujuuuu, ¡han traído el ordenador!, espera, quitemos el yuju, ¡¡el teclado no funciona!!

Una hora más para solucionarlo, esto parece no tener fin, logras que arranque, ¡mierda, no me han dicho la contraseña!, Hala, llamadita para reclamar que te dejen usar el pc…
Tu primer mail, que ilusión, de tu jefe, textual: “aprenderás a temer este correo!” ole, con los ánimos, que cachondo el tío…. Cri.. cri…

En un rato de despiste intentas cotillear internete a ver si va: noooooooooooo, está capado, nooooooooooo, soy capaz de saltarme la restricción y entrar en el msn y el correo, nooooooooooooo, otro susto de tu jefe! ¡¡¡quieres hacer el favor de ponerte tacones de agujas que te oiga llegar?? ¿¿o un cascabel??¿¿o una sirena??¡lo que sea!
¿qué puedo inventar para que me cambien de puesto?¿qué puedo inventar? ¿a quien puedo matar??

Ya es la hora en la que me sueltan, por fin el tercer grado, volvamos a casita, como una de las líneas está llena de gente decides regresar por la otra, además de que te han dicho de que sólo estás a dos paradas, te montas super contenta porque apenas hay nadie…
Una parada, dos, tres.. a la 14 empiezas a mosquearte: ¡¡no, he acabado en Barajas!! Pues mira que bien, visitando sitios con encanto.
Te planteas mil veces bajarte y pillar el bus del sentido contrario, pero dices: uff.. lo mismo da la vuelta aquí ya y me ahorro dos viajes…
¡Pues no! Después de una hora de viaje, el autobusero te mira con cara de asesina en serie… de autobuseros se entiende. ¡¡bájate, tía!!.
Tú, super educada te acercas a decirle que te has confundido de sentido de la línea, que donde se coge la otra (aunque realmente lo que quieres es que no te obligue a bajar y poder hacerlo de un golpe), y el tío te señala a 20 metros y te gruñe: allí.
Bajas con la cabeza gacha ¿qué vas a hacer si no?, y absurdamente te sientas en la siguiente parada, desde donde ves al conductor del bus (y a toda su familia, por que en esos momento estás generosa y te acuerdas de todos ellos).
Un minuto, el bus regresa, mismo conductor, mismo bus: “buenas de nuevo (capullo, que podías haberme dejado en el bus, en vez de hacerme pagar de nuevo, que has tardado menos de un minuto y 20 metros!)”

Llegas por fin a casa, hora y pico tarde, y pasas a comprar el pan…uhm, ¿señora china, le he dicho un pan, no? No pretendo matar a garrotazos a los adolescentes delante de su tienda. ¡Que fomenta la violencia! ¿¿pero este pan de que período es: Cretácico?
En casita por fin: mañana me voy en chándal y tacones al curro!, y me llevo un tapper!!

Segundo día, mi jefe no llega hasta dentro de un par de horas.. probemos a malgastar los recursos de la empresa… que sigo con las orejas cual Dumbo intentando oír quien se acerca por mi espalda… que duro es trabajar….:(

4 comentarios:

Tony dijo...

juassssssssssssssss hide, buenisimo, casi me da un infarto de tanto reime jajajajajajjaja

un besito

Elric

Anónimo dijo...

Muy curiosa la primera experiencia en el nuevo trabajo. Puede que te interese COMO SILENCIAR A TU JEFE Y QUE PAREZCA UN ACCIDENTE. Es un libro muy bonito donde todo lo escrito es en verso y lo puedes descargar en alguna página que los venda, digo yo. La verdad es que mola mazo. Sí, sí, con mazos también se silencian a los jefes, y de forma inmediata y con resultados excelentes.
Más formas de eliminar a tus jefes sin tener que arrancar la moqueta del trabajo, contacta con Elricame, Inwa o Warkk... que estoy segura de que ellos te darán ideas molonas, con esas mentes tan retorcidas que tienen.
Hale.

Anónimo dijo...

¡Qué bueno, Hide! Da gusto leer algo tan bien escrito y con esos toques de "humor por sorpresa" que te hacen soltar una carcajada de repente. No cuesta ningún trabajo imaginarse que nos lo estás contando por el TS y oír como aceleras el ritmo después de la pausa de esos puntos suspensivos.
Un saludo.

Mon

Anónimo dijo...

¡Jajajaja!

El primer día hay que causar la mejor impresión posible, que el tiempo ya se encargará de desmentirnos.

Al menos no se te derramó el vaso del cortado de máquina sobre la mesa después de esperar durante más de una hora la inminente visita del director de departamento.

Sin conocer el sitio, sin conocer a nadie, sin saber dónde encontrar las cosas que podrían sacarte del apuro (un trapo, una servilleta de papel, un mocho, la alarma contra incendios...)

Y el reguero de café con leche ganando terreno sobre la mesa dispuesto a lanzarse en cascada sobre la CPU del ordenador.

Aprenda cómo suplantar ¡y superar! a Mr.Bean en sólo 5 minutos...

Una sugerencia: Para ver lo que sucede a tu espalda va bien colocar un portafotos con cristal brillante (que refleje) y una foto de fondo oscuro. No es un espejo, pero según cómo sea la iluminación del sitio, cumple, y es discreto.

Buen post. Felicidades. :D