sábado, 31 de octubre de 2009

Lo efímero de la alegría

Me apunté hace un mes a clases de francés, porque siempre he tenido una inexplicable afición por Francia, obviamente viendo mi conocimiento previo lo hice al nivel más básico que existía ya que lo único que sé decir en la lengua de Moliere es croissant.

Hoy la profesora habitual no ha venido, y ha acudido en su lugar otra señora mayor, francesa como la anterior, que está algo loca: las clases comenzaron muy bien, por un lado fui la única que tenía hecho los deberes de la semana anterior, y cuando la profe los ha visto me ha preguntado si en realidad no debiera estar en otro nivel superior de francés, cuando le he contestado que era mi segundo día con el francés me ha dicho. "que lista", así que me he puesto como una pava de contenta, lógicamente no una pava el día de acción de Gracias, pero vamos, ya me he encargado yo de echar por tierra esa impresión: ¡¡¡¡no le entendía casi nunca cuando me preguntaba!!! no he sido capaz de contestar nada de nada, así que he demostrado que sí, que tenía que estar en el básico.
Por otro lado, la compañera que se me puso al lado, cuando leyó que tenía 33 años me dijo que no se lo creía, parecía más jóven, unos 28... no he querido abrir más la boca para no jorobar ese subidón también :)

Dios, que efímera es la felicidad, jejeje

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si, probablemente lo sea