lunes, 30 de julio de 2007

Spain is different?

Ayer estuve comiendo con un amigo en el famoso Vip's (personalmente no es un lugar que me apasione, pero esta vez decidí darle el gusto a mi acompañante), estuvimos esperando un buen rato hasta que nos dieron mesa y pedimos unos entrantes y como plato fuerte un solomillo ibérico (que rico suena...sonaba).
La cosa empezó mal puesto que nos faltaban cubiertos en la mesa y que el pan no estaba servido, pero como somos pacientes esperamos, no voy a criticar la calidad de la comida porque empiezo y no paro, este no es el tema que quería tratar, sino que mi compañero al ver que no tenía cuchillo y que no podía empezar a comer me pidió que lo reclamase: yo muy educadamente se lo hice saber a uno de los varios camareros que pasaban por mi espalda cada dos segundos: "por favor, ¿podría traernos un cuchillo y el pan? gracias :) ", nos trajo el cuchillo, esperamos el pan como maná caído del cielo, y después de 5 minutos (viendo que mi pobrecino comensal no tenía para untar) volví a reclamar el pan a otro camarero distinto, tras diez minutos un nuevo intento (siempre educada y siempre respetuosa) y ya bastante cansada por último pillé a una camarera y me tocó decirle lo mismo que a los demás con la puntilla de que "ya era la 4ª vez que pedíamos pan".
No voy a comentar que el solomillo de ibérico tendría el apellido y de familiar lejano, y que sabía a filete recalentado (grrr) sino que tras pedir la carta de postres (que nunca llegó) y esperar otro montón de minutos tuvimos que pedir la cuenta porque pasaban de nosotros.

Esta historia no es más que una de las miles de cosas que nos pasan a menudo a todos nosotros, ¿y qué hacemos? ¿lo mismo que hice yo?: no más que reclamar educadamente y esperar a irte cuanto antes. ¿Por qué cuando nos tratan mal, (recordemos que el cliente siempre tiene la razón y en hostelería más que en ningún otro lugar), nos quedamos quietos? ¿por qué no pedimos hojas de reclamaciones por hacer que una velada, que a priori debiera ser amena, no sea más que un cúmulo de tensión a ver si al final te mereces el trato por el que pagas? Somos un país de quejicas hasta que tenemos que dar la cara, siempre por detrás poniendo el grito en el cielo hasta el momento de hacerlo realidad (y me incluyo, lo reconozco, la mayoría de las veces). Tenemos una vergüenza inusual y una falta de ella en los momentos inadecuados. ¿Cuándo aprenderemos a saber cuales son nuestros derechos y nuestros deberes?

Lo mismo es que Spain no es different, lo mismo es que Spain está lleno de "cobardes".

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